Agustín CATALÁN LATORRE (San Martín del Río, Teruel, 1869-Zaragoza, 1939), catedrático de Filosofía y autor de numerosos materiales auxiliares para la enseñanza, fue padre del eminente científico Miguel Catalán Sañudo (1894-1957), suegro de Jimena Menéndez-Pidal Goyri (1901-1990), cofundadora del colegio “Estudio”, y abuelo del filólogo Diego Catalán Menéndez-Pidal (1928-2008).

Era el primogénito de José Catalán y Manuela Latorre, padres de otros cuatro hijos: Manuel, Tomás, Miguel y José. Los dos primeros fueron farmacéuticos (en Angüés y Luna, respectivamente), mientras que los otros dos permanecieron en su localidad natal, dedicados al cultivo de la tierra y a la comercialización del vino. Agustín aprendió las primeras letras en la escuela de San Martín y el 27 de septiembre de 1882 realizó el examen de ingreso, como alumno libre, en el colegio más próximo a su domicilio: el de los Escolapios de Daroca, a 6 km de San Martín. En ese mismo centro inició los estudios de bachillerato en el curso 1882-1883 y continuó matriculado en los siguientes. Pero en el curso 1886-1887, cuando le faltaban tres asignaturas para finalizar el bachillerato, se trasladó al Instituto de Teruel. El colegio Escuelas Pías de Daroca dependía administrativamente del Instituto de Zaragoza, por ello, en escrito fechado el 27 de noviembre de 1886, solicitó el traslado de matrícula al director de este centro, donde se custodiaba su expediente. En mayo de 1887 tuvo que revalidar el examen de ingreso en el Instituto de Teruel y en junio del mismo año terminó el bachillerato. Una vez aprobadas todas las materias, el día 28 de junio realizó los dos ejercicios de grado. En el primero obtuvo la calificación de sobresaliente y en el segundo, la de aprobado.
Después se licenció en Derecho y en Filosofía y Letras en la Universidad de Zaragoza y realizó el doctorado en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Central de Madrid entre 1893 y 1904. Se doctoró con una tesis titulada La libertad humana. Entre tanto, había contraído matrimonio con la calandina María Sañudo Fernández, con quien tuvo cuatro hijos: Pilar, Miguel Antonio, Diego (que falleció a los 19 años) y Manuela. La familia fijó su residencia en Zaragoza, en la calle Espartero, número 1.
Catalán orientó su vida profesional hacia la enseñanza y desarrolló casi toda su carrera en el Instituto General y Técnico de Zaragoza (actual Instituto Goya), donde llegó a ser prestigioso catedrático de Lógica y Psicología y de Derecho hasta su jubilación en 1939. Procedente del Instituto de Cuenca, donde ocupaba una plaza de idéntica categoría, se incorporó al centro en diciembre de 1894 como auxiliar supernumerario y ascendió a auxiliar numerario en 1897 tras el fallecimiento del catedrático de Psicología, Lógica y Filosofía Moral. Durante estos años se presentó a oposiciones a cátedras de diversas materias ofertadas por distintos institutos. En 1903 ganó la cátedra de Psicología, Lógica y Ética del Instituto de Palma de Mallorca, que permutó por una plaza similar en Sevilla y poco después por la de Zaragoza, donde tomó posesión el 1 de septiembre de 1903.
Simultáneamente ocupó la concejalía de cultura en el Ayuntamiento de Zaragoza por el Partido Liberal dinástico durante la legislatura de 1897 y tomó parte activa en la vida cultural de la ciudad: publicó artículos y reseñas en la prensa de la época y ocupó el cargo de Secretario Segundo de la sección de Literatura del Ateneo Científico Literario y Artístico de Zaragoza, para el que fue elegido el 20 de junio de 1896. En 1905 intenta dar el salto a la política nacional cuando los liberales lo proponen como candidato a diputado a Cortes por el distrito turolense de Montalbán, para disputarle el escaño al conservador Carlos Castel en las elecciones celebradas en septiembre de ese mismo año. Tras una agitada campaña electoral, estudiada por Lozano Allueva, en que ambos candidatos monárquicos fueron acusados de caciquismo y compra de votos por los candidatos republicanos, Catalán fracasó en su objetivo de derrotar a Castel.

A partir de entonces, se centró en la docencia y en su labor como secretario del centro, cargo que desempeñó durante el periodo en que fue director Manuel Díaz de Arcaya (1902-1916), con quien tenía una gran afinidad. Tras el fallecimiento de este, continúa en el cargo con el nuevo director, Román Pedro Marcolaín, hasta noviembre de 1918, momento en el que Allúe Salvador sucede a Marcolaín durante la dictadura de Primo de Rivera, y el profesor Catalán renuncia al cargo. En su función de secretario, se ocupó de redactar las memorias anuales del centro. En su labor como profesor, desarrolló una intensa actividad: fundó el Ateneo de Segunda Enseñanza y el Laboratorio de Psicología experimental —en septiembre de 1907 había solicitado una pensión de tres meses para estudiar estos laboratorios en París—, e inventó diecinueve aparatos para aplicar los modelos silogísticos relacionados con la enseñanza de la psicología y la psicometría. De su popularidad y prestigio da cuenta la prensa de la época, que reseña sus publicaciones y documenta sus veraneos en San Martín del Río, así como el encuentro celebrado con los escolares de esta localidad en 1911.
Durante el periodo de la Segunda República, Arturo Ansón lo sitúa entre el profesorado que apoyó las propuestas del director Francisco Cebrián, tanto la de crear nuevas escuelas preparatorias, un medio para la promoción educativa de las clases populares, como la de renovar los métodos educativos, en la línea del Instituto-Escuela, que Catalán habría conocido porque su hijo y su nuera eran profesores del mismo.
Dada su trayectoria personal y profesional, resulta sorprendente —como observa Pérez Marqués— que fuera uno de los numerosos profesores represaliados tras el estallido de la Guerra Civil, teniendo en cuenta que era católico practicante y hombre de ideas abiertas, pero no de izquierdas. A pesar de lo cual se le abrió expediente en el que se le imputan los cargos de “ser afecto a la Institución Libre de Enseñanza” y “ser simpatizante de la República izquierdista”, y en 1937, próximo ya a la jubilación, fue suspendido de empleo y sueldo durante tres meses, inhabilitado para cargos directivos y de confianza en instituciones culturales y de enseñanza (Orden de 23 de nov. de 1937). Ser el padre de Miguel Catalán, cuya proximidad a la Institución Libre de Enseñanza resultaba sospechosa, pudo contribuir a la sanción.

El claustro celebrado el 18 de octubre de 1939, en el que se le homenajeó por su jubilación, puso fin a su brillante carrera docente, cuando ya estaba muy enfermo y —como bien supone Arturo Ansón— profundamente afectado por la situación de España y de su familia, pues su hijo Miguel había sido depurado y separado de su cátedra en la Universidad Central de Madrid. La Orden de 27 de octubre de 1939 (BOE 316, de 12 de noviembre), firmada por Ibáñez Martín, declara jubilado al “Catedrático de Filosofía del Instituto de Enseñanza Media “Goya”, de Zaragoza” por “haber cumplido la edad reglamentaria para su jubilación el día 16 del actual”.
Agustín Catalán es autor de El Beato Juan de Ávila: Su tiempo, su vida y sus escritos y la literatura mística en España, publicado en Zaragoza en 1894, coincidiendo con la beatificación del Maestro de Ávila, y editado por la Tipografía de Comas Hermanos. El libro incluye una afectuosa dedicatoria al suegro del autor, Santiago Sañudo Ruiz. En opinión de Fermín Ezpeleta, no puede considerarse un estudio de crítica literaria, pues “todo él está bañado por la aureola de la experiencia mística como una manera inefable de elevación espiritual”, pero “mantiene el rigor exigible a un investigador de la época”.
Escribió también dos manuales de iniciación a los estudios jurídicos que gozaron de mucha aceptación entre los estudiantes universitarios, a juzgar por las numerosas ediciones: Derecho Patrio. Fundamentos de Derecho (1908), en colaboración con el catedrático de la Universidad de Zaragoza José Gascón y Marín, y Derecho Usual, que alcanzó ocho ediciones desde 1911 hasta 1935. Se ocupó de la traducción al castellano de la obra del profesor L. du Rosseaux Ética. Tratado de Filosofía Moral, editada en 1914 por G. Casañal. Preparó así mismo antologías de distintas materias para uso académico, como Trozos de literatura francesa y Trozos latinos escogidos (1919).
BIBLIOGRAFÍA:
-ANSÓN NAVARRO, Arturo: “El Instituto ‘Goya’ entre 1931 y 1970: Un destacado referente de la Enseñanza Secundaria en Zaragoza”, en VICENTE Y GUERRERO, G. (coord. y ed.), Historia de la Enseñanza Media en Aragón: [Actas del I Congreso sobre Historia de la Enseñanza Media en Aragón, celebrado en el IES “Goya” de Zaragoza del 30 de marzo al 2 de abril de 2009], IFC, 2011, págs. 347-434.
-EZPELETA AGUILAR, Fermín: “Agustín Catalán Latorre, catedrático del Instituto de Zaragoza”, Rolde: Revista de cultura aragonesa, Nº. 185, 2023, págs. 2-21.
-EZPELETA AGUILAR, Fermín: “Sobre literatura mística. El beato Juan de Ávila. Su tiempo, su vida y sus escritos y la literatura mística en España, por D. Agustín Catalán Latorre”, Xiloca, Nº. 23, 1999, págs. 175-185.
-INSTITUTO DE SEGUNDA ENSEÑANZA DE TERUEL (1886): “Expediente de matrícula de D. Agustín Catalán y Latorre”. Nº 2.373, Archivo Histórico Provincial de Teruel (ES/AHPTE – INSTITUTO/00048/013).
-LOZANO ALLUEVA, Fco. Javier: “Noticias de caciquismo y compra de votos en el distrito de Montalbán (Aragón) en 1905”, en www.blesa.info.
-PÉREZ MARQUÉS, Alfonso: “Pureza ideológica y limpieza profesional. Una aproximación a la depuración del profesorado de Segunda Enseñanza por los nacionales y franquistas en Aragón (1936-1945)”, en VICENTE Y GUERRERO, G. (coord.. y ed.), Estudios sobre historia de la Enseñanza Media en Aragón:[Actas del II Congreso sobre Historia de la Enseñanza Media en Aragón, celebrado en el IES “Goya”de Zaragoza del 11 al 14 de abril de 2011], IFC, 2012, págs. 329-340.