Retrato de Martí. Óleo de Hermann Norman, 1891. (Foto tomada de Wikipedia)

José Julián MARTÍ  PÉREZ (1853-1895), apodado el “Apóstol”,  fue un  notable escritor, excelente periodista  y héroe nacional de Cuba por dedicar su vida a la causa de la independencia de su país.

Hijo del valenciano Mariano Martí Navarro (1815-1887)  y de la tinerfeña Leonor Pérez Cabrera (1828-1907), nació en La Habana en 1853, cuando Cuba era todavía una colonia española. Después de José, el matrimonio tuvo siete hijas, dos de las cuales fallecieron siendo niñas. Martí vivió una infancia especialmente dura, debido a las penurias económicas de su familia. En 1865 ingresó en la Escuela de Instrucción Primaria Municipal de Varones de La Habana, dirigida por el poeta  y patriota cubano Rafael María de Mendive, que se convirtió en su maestro y se comprometió a costear su educación hasta el grado de bachillerato, inclusive. Gracias a él, pudo realizar el examen de ingreso en el Instituto de Segunda Enseñanza de  La Habana en septiembre de 1866 e iniciar los estudios de bachillerato en el curso 1866-1867. 

Retrato de Martí. Presidio Gubernamental de la Habana, 5 de abril de 1870. (Foto tomada de cubaperiodistas.cu)

Pero en 1868 comienza en Cuba la Guerra de los Diez Años entre los independentistas cubanos y el gobierno español. Con este motivo, publica  en ‘El Diablo Cojuelo’ su primer artículo revolucionario en colaboración con su amigo Fermín Valdés y  funda su propio periódico, ‘Patria Libre’. A los 16 años fue acusado de traición a España por una carta escrita con Valdés a un compañero de colegio en la que lo tachaban de “apóstata” por haberse alistado como voluntario en el ejército español para combatir a los independentistas cubanos. El 4 de abril de 1870 fue condenado a seis años de prisión con trabajos forzados en las canteras de San Lázaro. A los 17 años se convirtió en el preso 113, con el tobillo derecho uncido con un grillete  enlazado a su cintura por medio de una gruesa cadena. Así aparece en una foto del 28 de agosto con una dedicatoria a su madre al dorso: “Mírame, madre, y por tu amor no llores, / si esclavo de mi edad y mis doctrinas / tu mártir corazón llené de espinas, / piensa que nacen entre espinas flores”.

Las cartas de su madre al Gobernador Superior Civil pidiendo clemencia para su hijo y las gestiones realizadas por el padre lograron que fuera indultado el 13 de octubre de 1870 y enviado a la isla de Pinos. Finalmente, otra carta de su madre hizo posible  que fuera deportado a España para continuar los estudios. Antes de abandonar su país el 15 de enero de 1871, entregó a su amigo Agustín de Zéndegui un eslabón de la cadena que arrastró en presidio y le dejó secuelas permanentes, para que con ella le forjara un anillo. Alude a ello en una carta dirigida al hermano de Agustín pidiéndole que le recuerde  su encargo. Pero pasaron años  antes de que su madre, en su viaje a Nueva York en 1887, le pudiera entregar el anillo que, con la palabra CUBA grabada, representaba el compromiso de Martí con su país. A partir de entonces, llevó ese anillo permanentemente en el dedo anular de la mano izquierda. Con él lo representó el pintor sueco Hermann Norman en el retrato fechado en 1891.

Foto tomada de Portal Cubarte
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Fuente: lahabana.gob.cu

Deportado a España, desembarcó en Cádiz el 15 de enero de 1871. Pero se estableció en Madrid donde, como alumno de enseñanza libre —la matrícula era más barata—, comenzó estudios de Derecho en la Universidad Central y publicó el opúsculo El presidio político en Cuba (1871), en el que criticaba con dureza la represión del gobierno colonial español basándose en su propia experiencia. Desde el periódico ‘El Jurado’, protagonizó una agria polémica con el diario madrileño ‘La Prensa’,  contrario a las posiciones del independentismo cubano. También denunció el fusilamiento de ocho estudiantes de Medicina en La Habana.  En diciembre de 1872 viajó a Zaragoza con Fermín Valdés para asistir a la graduación del hermano de este, Eusebio. El ambiente de la capital aragonesa, entonces  una ciudad de algo más de 70.000 habitantes, debió de parecerles  más favorable para el estudio, porque ambos decidieron  mudarse. En mayo de 1873 Martí solicitó el traslado de expediente a la Universidad de  Zaragoza, ciudad donde vivió entre finales de mayo de 1873 y noviembre de 1874.

En esos dieciocho meses debió de centrarse en los estudios, ya que logró terminar el bachillerato y las carreras de Derecho y Filosofía y Letras. El 29 de agosto de 1873 solicitó al rector que se le admitiera a examen de ocho asignaturas  de Derecho y Filosofía y Letras (Ampliación del Derecho Civil, Derecho Canónico, Disciplina eclesiástica, Procedimientos judiciales, Práctica Forense, Literatura general y española, Literatura clásica latina e Historia Universal) y consiguió aprobar las ocho en septiembre. En el curso 1873-1874 se matriculó, como alumno libre, de tres asignaturas de Derecho (Derecho Romano de segundo curso y Derecho Civil español, que traía pendientes de Madrid, y Derecho Mercantil y Penal) y de siete de Filosofía y Letras: Lengua griega, Literatura clásica griega, Geografía histórica, Metafísica, Historia de España, Lengua hebrea y Estudios críticos de autores griegos. Las clases de Derecho y Filosofía y Letras se impartían entonces en el desaparecido edificio de la plaza de la Magdalena, donde también se encontraban el Instituto de Zaragoza y la Biblioteca de la Universidad, en la que Martí debió de pasar muchas horas.

Escrito de José Martí al director del Instituto de Zaragoza. (Archivo IES Goya Zaragoza)

Para  la graduación universitaria era obligatorio haber completado los estudios de bachillerato, lo que no ocurría en el caso de Martí,  que no había podido concluirlos a causa de su detención y posterior encarcelamiento. El 25 de junio de 1874, en escrito dirigido al director del Instituto de Zaragoza (después, Instituto Goya), expone  que “teniendo aprobadas  todas las asignaturas que por la legislación vigente se requieren para poder aspirar a los ejercicios del grado de Bachiller”, solicita pasar a tales ejercicios. Según  la documentación conservada en el centro, el 30 de agosto de 1873  se había examinado de siete asignaturas: Retórica y Poética, Historia Universal, Historia de España, Psicología, Lógica y Ética, Física y Química, Historia Natural y Fisiología e Higiene, que superó con la calificación de aprobado. El 25 y 27 de junio de 1874  realizó los dos ejercicios del grado de bachiller en Artes, que pasó con la calificación de aprobado en el primero y de sobresaliente en el segundo, como consta en el certificado expedido por el secretario del Instituto, don Joaquín Mendizábal. Con respecto, a las materias de Derecho, no se conoce la fecha de examen, pero según un certificado de 29 de junio, obtuvo en todas la calificación de aprobado. Con el grado de bachiller y superadas las materias de Derecho, se le permitió realizar el 30 de junio el examen de licenciatura, en el que obtuvo la calificación de aprobado,  y lograr el grado de licenciado en Derecho Civil y Canónico. El examen de grado  consistía en la exposición de un tema a sorteo a elegir entre tres del programa. El tema defendido por Martí fue el titulado: “Párrafo inicial del Libro I, Título II, de la Instituta de Justiniano. Del Derecho Natural, de Gentes y Civil”.

Martí junto a Eusebio y Fermín Valdés en Madrid, 1872. (Foto tomada de oncubanews.com)

El 31 de agosto pidió ser admitido a examen de las asignaturas de Filosofía y Letras. En opinión de García Guatas, la causa de posponer los exámenes de estas materias hasta después del verano sería la falta de recursos para pagar la matrícula, que probablemente consiguió realizando algún trabajo en ese tiempo. En octubre se examinó de las siete materias, en las que obtuvo 4 sobresalientes, 1 notable y 2 aprobados.  El día 24 del mismo mes superó el examen de grado en Filosofía y Letras, con la calificación de sobresaliente. El tema elegido en este caso fue el titulado: “La narrativa política y forense ante los romanos: Cicerón como su más alta expresión. Los discursos examinados con arreglo a sus obras de retórica”.  Al no disponer de dinero para abonar las tasas, no pudo recoger ninguno de sus títulos.

Durante su estancia en nuestra ciudad, parece que se alojó, con Fermín Valdés,  en la fonda de Félix Sanz, situada en la calle Manifestación, 13 (entonces calle Platerías), donde servía otro cubano exiliado, y más tarde vivió en la calle del Olmo, próxima al Mercado Central. Se dice que colaboró en el ‘Diario de Avisos’ del republicano Calixto Ariño, pero, según las investigaciones de García Guatas, no hay evidencia de ello. Escribió y publicó su libro La República española ante la revolución cubana (1873), y terminó  dos obras dramáticas: La adúltera (1874) y Amor con amor se paga (1875). Participó en diferentes actos sociales,  además de cortejar  a la joven  Blanca Montalvo, vecina de su calle que se enamoró de él y, tras su marcha, le escribió apasionadas cartas sin respuesta. Fue testigo de los enfrentamientos del 4 de enero de 1874 en favor de la I República, que le inspiraron sus conocidos versos: “Estimo a quien de un revés / echa por tierra un tirano: / lo estimo, si es un cubano. / Lo estimo, si aragonés”, del poema “Para Aragón”,  (Versos sencillos, 1891), musicado por Ángel Petisme e incluido en su disco Río Ebrio (2009).

Carmen Zayas Bazán. (Foto tomada del Grupo de Facebook de Juan Carlos Reyes Díaz – Cuba, Historias no contadas)

A finales de 1874, Martí, quebrantando su situación de exiliado, abandonó España y viajó a París, donde conoció a Víctor Hugo. Poco después, embarcó  rumbo a América y el 10 de febrero de 1875 llegó a la capital de  México, ciudad en la que se habían instalado sus padres y sus hermanas en 1874. En México conoció a la cubana Carmen Zayas Bazán, con quien inició una relación. Bajo la protección del abogado y político Manuel Mercado, trabajó como periodista en la ‘Revista Universal de Política, Literatura y Comercio’, colaboró con ‘El Socialista’ y publicó algunos trabajos en ‘El Federalista’. El país se había emancipado ya del colonialismo español y había llevado a cabo un proceso de transformación liberal, pero se hallaba inmerso en  luchas políticas internas y amenazado por el afán expansionista estadounidense. Su estancia en México fue clave para la profundización del pensamiento de Martí en algunas áreas fundamentales  y para permitirle identificar potenciales amenazas para la América Latina, como han estudiado Padrón y Hernández. Cuando el general Porfirio Díaz toma el poder en México, Martí decide abandonar el país, pero antes fue a Cuba para preparar el regreso de sus padres a la isla, donde estuvo desde el 6 de enero al 24 de febrero, bajo el nombre de Julián Pérez.

María García Granados.(Foto tomada de Wikipedia)

En marzo de 1877 marcha a Guatemala con recomendaciones del padre de su amigo Fermín Valdés. En la capital encontró trabajo como profesor de Literatura en la Escuela Normal Central y poco después fue nombrado profesor de Literatura e Historia en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de San Carlos. Allí vivió  con María García Granados una historia de amor imposible por estar Martí comprometido; de hecho, regresó a México para contraer matrimonio con Carmen Zayas Bazán en noviembre de 1877 y no regresó a Guatemala hasta principios de 1878. En mayo de ese mismo año murió  María a los 17 años y   Martí le compuso el poema IX de sus Versos sencillos, dedicado “a la niña que murió de amor”.

José Martí: retrato junto a su hijo José Francisco en Nueva York, 1885. (Foto tomada de Wikipedia)

Tras la paz de Zanjón (10 de febrero de 1878), que puso fin a la Guerra de los Diez Años,  regresó  amnistiado a La Habana, con la prohibición de trabajar como abogado  o profesor. El 22 de noviembre de ese mismo año nació su único hijo, José Francisco,  a quien dedicó el poema Ismaelillo. En abril de 1879 es detenido de nuevo a causa de sus discursos en el Liceo de Guanabacoa, y en otoño  regresa a España como preso político con destino a la cárcel de Ceuta,  pero desembarca en Santander. Durante la travesía, traba amistad con el diputado Ladislao Setién, que le consigue la libertad bajo fianza, lo que le permite trasladarse a Madrid. Tras una  estancia de dos meses en nuestro país, de nuevo sale clandestinamente a Francia y  regresa a América.  En Caracas, fundó la ‘Revista Venezolana’ y el 3 de enero de 1880 llegó a Nueva York, donde fijó su residencia  y fue cónsul de Uruguay, Paraguay y Argentina. En esta ciudad publicó   su poema Ismaelillo en 1882, el mismo año en que su esposa lo abandona definitivamente y regresa a Cuba, y en 1889 fundó la revista ‘La Edad de Oro’, dedicada a los niños de América. Ejerció el periodismo y fundó el Partido Revolucionario Cubano (PRC) en 1892 y la revista ‘Patria’, con la finalidad de organizar la lucha por la independencia de su país. En 1895 redactó el “Manifiesto de Monte Cristi”, programa para la revolución cubana que firmó junto con el general Máximo Gómez. Iniciada la Guerra de Independencia (1895-1898), regresó a Cuba al frente de un pequeño contingente. El 19 de mayo de 1895 fue abatido por las tropas españolas cerca de un lugar llamado Dos Ríos. Tenía cuarenta y dos años y dejaba un importante legado literario y político.

José Martí en diferentes momentos de su vida. (Foto tomada de cibercuba.com)
Portada de la primera edición de Ismaelillo, 1882. (Foto tomada de radioprogreso.icrt.cu)

Su poesía, lo más conocido actualmente de su producción literaria,  se aleja de la estética romántica  debido a que, cuando ya había leído a los clásicos españoles, en sus viajes por Europa y América se impregnó de las  nuevas corrientes,  en busca de una expresión personal alejada de convencionalismos. Se convirtió así en uno de los iniciadores del modernismo. Sin embargo, lejos de optar por  el exotismo y la evasión, compone una poesía comprometida con su país y con los problemas de su tiempo pues considera que la poesía debe  tener la raíz en la tierra, conmover la conciencia de los seres humanos y estar al servicio de la libertad. En la obra de Martí se observa cierta evolución.  Con Ismaelillo (1882) inicia la era modernista en poesía. Como indica Mercedes Serna, en el libro encontramos el esteticismo,  el uso de símbolos o imágenes y los juegos cromáticos y pictóricos propios de la estética modernista. En él relata el viaje visionario que realiza con su hijo José, llamado simbólicamente Ismael, como el hijo que Abraham engendró en su esclava Agar, que llegaría a fundar una nación. De esta forma, Martí  expresa su deseo  de fundar una patria nueva y de que su hijo lo acompañe. Versos libres (1882, publicado póstumamente en 1913) es un libro autobiográfico que describe una vida de sufrimiento. Poesía confesional que impresionó vivamente a Unamuno, plagada de símbolos, imágenes irracionales y novedosas sinestesias. El propio Martí calificó estos versos de “endecasílabos hirsutos, nacidos de grandes miedos, o de grandes esperanzas, o de indómito amor de libertad, o de amor doloroso a la hermosura”.  Versos sencillos, de estilo más depurado, constituye su testamento poético. En él vuelve a la expresión y a la métrica tradicionales  para reflexionar sobre el mundo y el ser humano. La letra más conocida de la popular canción cubana “Guantanamera”, adaptada por Julián Orbón, está basada en algunas estrofas de Versos sencillos.

Los estudiosos de su obra consideran que su mayor logro expresivo  está en su prosa, muy valorada ya en su tiempo: Rubén Darío dijo de él que era “un gran poeta en prosa”. El crítico cubano José Olivio Fernández opina que la prosa martiana representa una auténtica revolución literaria en nuestra lengua pues, por primera vez, el autor se enfrentaba a la producción de ensayos con la misma voluntad de estilo que en la poesía y consigue que transmitan tanta emoción estética como un poema. Efectivamente, Martí se adelanta a la renovación de la prosa en Hispanoamérica; tanto en sus textos periodísticos como en sus discursos y en sus cartas o en sus diarios  despliega una gran variedad de recursos literarios, pero, junto a la riqueza estilística, encontramos en su prosa una profundidad ideológica  inusual. Por ello, en opinión de Luis Rafael y Ángel Esteban, casi todos  sus artículos, discursos, cartas o manifiestos pueden considerarse ensayos, si entendemos por tales aquellos escritos “empeñados en transmitir ideas de forma elocuente y convincente”.  Es autor de ensayos de temática social (en los que expresa, por ejemplo, su preocupación por la alfabetización de los trabajadores, sin olvidar a los campesinos), artístico-literarios (los escritos sobre Whitman, Emerson  y Heredia o Wilde y sobre la exposición de los impresionistas franceses están entre los más notables) y políticos. En estos advirtió del peligro de la expansión política y económica de Estados Unidos a costa del desarrollo de los países iberoamericanos. Concebía una gran patria hispanoamericana independiente de todo imperialismo, en la que se lograra la emancipación de los oprimidos. Para José María Valverde, lo mejor de la prosa martiana está en sus dos diarios consecutivos escritos en sus últimos meses de vida: De Monte Cristi a Cabo Haitiano y De Cabo Haitiano a Dos Ríos, también conocidos como Diario de campaña.

Poco dado a la prosa de ficción, su obra narrativa es escasa: la novela premodernista  Amistad funesta (1885), firmada con seudónimo, y  seis cuentos para niños publicados en la revista mensual ‘La Edad de Oro”.

José Martí, entre un grupo de emigrados cubanos en Ybor City, Tampa, en 1893. Foto tomada por José Mª Aguirre. Fuente: cubanoconfesnte.com
(Foto tomada de zaragozaguia.com)

José Martí residió poco tiempo en Zaragoza, pero  no la olvidó nunca, como prueba el poema “Para Aragón”, compuesto muchos años después de su estancia en tierras aragonesas. Según el profesor García Guatas, fue la ciudad a la que mayor número de versos dedicó y la única capital española a la que inmortalizará en sus poemas. La ciudad de Zaragoza, por su parte,  honró su memoria con la colocación, el 10 de abril de 1984, de sendas placas en el número 13 de la calle Manifestación y en la Universidad de Zaragoza.

En 1995, centenario de su muerte, se hizo entrega al Ministerio de Cultura de Cuba de los títulos de Licenciado en Derecho y en Filosofía y Letras que el escritor no pudo recoger, y se colocó un busto de bronce en la entrada  del Paraninfo. Por otra parte, la Universidad  de Zaragoza ha trabajado en las últimas décadas en la reactivación de su memoria con la publicación de libros,  la creación en 1996 de la primera Cátedra José Martí en Europa, orientada a la colaboración con la Universidad de La Habana, y la concesión en 2017 de su máxima distinción, la Medalla de Oro, a título póstumo.  Actualmente, una biblioteca pública y un edificio de un centro cívico llevan el nombre del autor cubano, y en 2016, la Feria del Libro presentó la “Ruta literaria José Martí” en Zaragoza.

 

BIBLIOGRAFÍA:

-ARCHIVO DEL IES GOYA DE ZARAGOZA: “Expediente de D. José Julián Martí y Pérez natural de la Isla de Cuba, para su admisión a los ejercicios del grado de Bachiller. Junio 25. Nº 74. 1874”.

-GARCÍA GUATAS, Manuel: La Zaragoza de José Martí, IFC, 2ª ed., corregida y aumentada, 2004.

-GARCÍA GUATAS, Manuel: “Política, cultura y universidad en la España que vivió José Martí”. En: https://ifc.dpz.es/recursos/publicaciones/26/00/09garcia.pdf. [Consulta: 18 de marzo de 2025].

-GONZÁLEZ SÁNCHEZ, Norio: “El anillo de hierro. Apuntes para una mística martiana”. En: https://www.researchgate.net/publication/328914825_El_Anillo_de_Hierro_Apuntes_para_una_mistica_martiana. [Consulta: 21 de marzo de 2025].

-MARTÍ, José: Ensayos y crónicas, edición de José Olivio Jiménez, Cátedra, Letras Hispánicas, 2004.

-MARTÍ, José: Claves del pensamiento martiano. Ensayos políticos, sociales y literarios. Estudio introductorio, edición y compilación: Luis Rafael y Ángel Esteban, Editorial Verbum, 2013.

-MARTÍ, José: Ismaelillo. Versos libres. Versos sencillos. Edición, estudio preliminar y notas de Mercedes Serna Arnáiz, Colección Clásicos Hispanoamericanos, UNED, 2014.

-PADRÓN IGLESIAS, W. y HERNÁNDEZ ESTRADA, Y.: José Martí en México (1875-1877)”, Revista Caribeña de Ciencias Sociales (mayo 2019). En: https://www.eumed.net/rev/caribe/2019/05/jose-marti-mexico.html. [Consulta: 19 de marzo de 2025].

-VALDÉS DUARTE, Luis Enrique: “‘Un lugar todo Aragón’: Martí universitario”. En: https://centroconvivencia.org/un-lugar-todo-aragon-marti-universitario/. [Consulta: 19 de marzo de 2025].

-VALVERDE, José María: “José Martí, entre el modernismo y la lucha de liberación”, en RIQUER, Martín de y VALVERDE, José María: Historia de la Literatura universal, vol. 8, Planeta, 1986, págs. 341-344.